La casa del periodista en Barranquilla: ¿Lo mismo que antes?
Durante años, la Casa del Periodista fue en Barranquilla escenario de sanas confrontaciones relacionadas con las actividades del gremio, en procura del bienestar y de mejores condiciones para los asociados, constituyéndose en el epicentro de prometedoras esperanzas.
A mediados de los años 80 esa perspectiva decayó y aquel palpitante centro de encuentros y debates se fue sumiendo en el más deplorable abandono, convirtiéndose, durante casi dos décadas, en un deprimente inquilinato, donde las ideas fueron arrasadas por la borrasca de los pequeños y mezquinos intereses individuales.
Hoy, esa misma Casa del Periodista, en buena hora recuperada de las garras de la desidia, vuelve a convertirse en foco esperanzador para el periodismo barranquillero, gracias a la labor desarrollada por un grupo de colegas, encabezados por Ricardo Díaz de la Rosa, con el apoyo del Gobierno Distrital.
Sin embargo, preocupa la perspectiva que comienza a tomar el nuevo proyecto, luego de las inversiones que requerirán sus instalaciones y su dotación de mobiliario (gracias al apoyo anunciado por el Gobierno Departamental), porque mientras se rumora que allí se instalará un colectivo de oficinas, para el desarrollo de actividades individuales (igual que en desastroso pasado reciente), ninguna de las organizaciones periodísticas informa sobre lo que está ocurriendo.
En nuestra modesta opinión, consideramos que a la Casa del Periodista (y por consiguiente al verdadero periodismo barranquillero) le convendría que ese centro fuese administrado por una de las Cajas de Compensación con asiento en la ciudad, para gozar del servicio de calidad y el estatus se merecen los miembros de la prensa local.
Desde esa perspectiva, nos imaginamos el auspicioso desarrollo de tertulias o eventos académicos, con personajes de las letras, el arte, la ciencia, la política o el gobierno local, regional o nacional, lo mismo que veladas de integración o celebración entre los miembros del gremio periodístico.
Nuestra propuesta va encaminada a darle nivel y productividad para su decoroso mantenimiento, a la Casa del Periodista, patrimonio que no debe volver a caer en la desidia y el abandono por aquellos mezquinos intereses.La